Queridos Feligreses,
Sé que muchas personas no están en un calendario de «año escolar». Pero para muchos de nosotros, esta época del año trae un ritmo más vivo a nuestros horarios. La vida parece volverse más ocupada después del Día del Trabajo. Por lo tanto, este parece ser un buen momento para reflexionar en nuestras prioridades y orar para que Dios nos guie.
Se dice que lo verdaderamente importante suele quedar en segundo plano por lo más urgente. Así que, cuando revises tus prioridades, asegúrate de incluir lo que es realmente importante.
En primer lugar, asegúrate de incluir tiempo para Dios, así como para el trabajo, la familia y el descanso. De suma importancia, asegúrate de que la misa de los domingos sea prioridad principal: ese es el evento más importante de la semana. Además, as tiempo para leer y meditar las Escrituras, así como para la oración en familia o un grupo de oración; luego incorpórelo a su rutina diaria y semanal.
Hay varias cosas que nos influyen a la hora de decidir en qué utilizar nuestros talentos.
Para la mayoría de nosotros, el trabajo ocupa la mayor parte de nuestros esfuerzos y a veces amenaza con absorber toda nuestra vida. También tenemos responsabilidades con nuestras familias y llamados legítimos de servicio a la comunidad, que obviamente incluye a la Iglesia. Tenemos muchas áreas de servicio aquí mismo en nuestra propia parroquia: educación religiosa, música, servir como ujier o cualquiera de los muchos ministerios en los que puede usar sus talentos para acercarse a Dios.
Finalmente, tenemos que establecer prioridades para usar nuestro dinero. Como cristianos, somos responsables ante Dios del uso de los recursos económicos que Él nos ha confiado —no importa si es mucho o poco— y de devolverle a Dios en acción de gracias. En este sentido, la Escritura nos da el diezmo como meta. Trabajar para obtener un diezmo puede significar algunos cambios en sus prioridades, pero puedo decirles por experiencia personal que aquellos que han adoptado esto como su estándar de dar experimentan un gozo arraigado en el crecimiento espiritual que ocurre a medida que vivimos continuamente las «tres T,» de la Entrega: tiempo, talento y tesoro.
Las prioridades son ciertamente una parte de la vida. Mientras revisas tus propias prioridades, especialmente ahora que comenzamos a regresar a nuestras rutinas regulares, pregúntese cómo usará el tiempo, el talento y el tesoro que Dios le ha confiado.
Sinceramente suyo en Cristo,
Padre Avram Brown,
Párroco